Las células asesinas naturales (NK) pertenecen a los linfocitos citotóxicos y son una parte importante del sistema inmunitario innato. Desempeñan una función similar a la de las células T citotóxicas en la respuesta inmunitaria adaptativa. Las NK proporcionan respuestas rápidas a las células infectadas por virus. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 3 días después de la infección. Las NK también pueden reconocer y abordar la formación de tumores y son únicas en su capacidad para identificar células estresadas incluso en ausencia de anticuerpos y moléculas del MHC. Esto permite una respuesta inmunitaria rápida. Se les ha denominado "asesinas naturales" porque no necesitan ser activadas para destruir células que carecen de marcadores propios del MHC de clase 1. Esto confiere a las células NK la importancia de que las células dañinas que carecen de marcadores del MHC de clase I no puedan ser reconocidas ni destruidas por otras células inmunitarias, como los linfocitos T. A diferencia de las células NKT (CD3+56+), las NK no expresan receptores de antígenos de linfocitos T (TCR) ni el marcador pan-T CD3. Generalmente expresan los marcadores de superficie CD16 (FcγRIII) y CD56 I en humanos y NK1.1 o NK1.2 en ratones.